Paavo Järvi: Música en vena

Ritmo Magazine 

Lorena Jiménez

1.09.2022

Photo credits: Kaupo Kikkas




Estonio de 1962, Paavo Järvi pertenece a una familia de directores de orquesta y músicos que comparten apellido y reputación musical. Su padre Neeme y su tío Vallo iniciaron la dinastía; Paavo y su hermano Kristjan siguieron sus pasos y su hermana Maarika es una reputada flautista. Paavo tuvo su primera conexión con la música en la intimidad del hogar: leyendo partituras y escuchando discos junto a sus hermanos, mientras su padre, el director Neeme Järvi, les pedía identificar qué instrumentos sonaban; cantando bajo su batuta en un coro de niños; acompañándole desde que tenía 4 o 5 años a sus ensayos en la Opera de Estonia en la que era director. Y creció tocando a dúo los arreglos para piano de las Sinfonías de Haydn y escuchando a Furtwängler, Klemperer, Knappertsbusch, Bernstein, Arthur Nikisch... en la impresionante colección de discos de su padre, experto e incansable coleccionista. Estudió percusión y dirección, y de adolescente fundó con sus amigos del conservatorio una banda de rock, que fue muy popular en Estonia. Cuando su familia se trasladó a vivir en EE. UU continuó sus estudios en el Curtis Institute of Music con Max Rudolf y en Los Angeles Philharmonic Institute, conLeonard Bernstein. Entonces soñaba con tener una orquesta local a la que pudiera dirigir una vez al mes. En los noventa, debuta como director principal de la Sinfónica de Malmö en Suecia. Durante siete años fue el director titular de la Frankfurt Radio Symphony y, tras diez años como titular de la Sinfónica de Cincinnati, tomó la batuta como director titular de la Orchestre de París; en 2015 se convertía en el titular de la NHK Symphony Orchestra de Tokyo y, desde 2019, es el director titular de la Tonhalle-Orchester Zürich. Además, es Director Artístico de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen y la Estonian Festival Orchestra.

Cada verano, los Järvi se reencuentran en Pärnu, su ciudad de vacaciones de la infancia, para el festival que Paavo fundó junto a su padre, donde tiene lugar este distendido encuentro con el entusiasta director y hombre cercano y cordial.


Es Director Artístico del Pärnu Music Festival desde 2010... ¿Cómo surge la idea de fundar un festival de verano en esta ciudad de Estonia?


Incluso durante la ocupación soviética, el Báltico siempre fue uno de los destinos preferidos del mundo musical y artístico, porque estaba cercano al oeste... Así que todos aquellos que querían huir del calor del Mar Negro, venían aquí porque, además, está muy cerca de San Petersburgo; la frontera de Estonia bordea Rusia... Y muchos artistas importantes vivían aquí durante el verano, gente como Dmitri Shostakovich, David Oistrakh o Emil Gilels... También venían Svetlanov o Mravinsky, que tenía aquí su casa de verano. Realmente era un lugar especial en la época de la Unión Soviética, para aquellos que buscaban menos ruido y un sitio menos populista... Y, además, aquí siempre hubo música; había festivales, conciertos, así que siempre ha habido ese ambiente cultural... De hecho, Shostakovich escribió incluso algunas obras aquí... Nosotros teníamos una casa, donde pasábamos siempre los tres meses de verano que era cuando teníamos tiempo libre... ¡Tres meses! (risas) ¡No puedo imaginarme tener tres meses libres! (risas). Pero en aquella época teníamos tres meses completamente libres y esto era como un pequeño paraíso; lo recuerdo como un sitio idílico con la playa... Así que supongo que era evidente que tenía que ser en esta ciudad porque es un festival de verano, en un ambiente de relax y, además, tenemos una sala de conciertos fantástica. Es un privilegio tener una sala así en una ciudad pequeña como esta... Y, por supuesto, está la historia familiar también... Así que elegir esta ciudad para el festival era lo lógico...


¿Y cómo surge la idea de crear la Estonian Festival Orchestra (EFO)? La he escuchado en dos conciertos durante el festival, y he quedado realmente impresionada por su extraordinario sonido...


Siempre quise tener una orquesta de primera clase en Estonia y pensé que una buena manera era incorporar algunos de mis músicos de Occidente para que pudieran reunirse con músicos estonios... Y, de hecho, actualmente, muchos de aquellos jóvenes que empezaron hace doce años en esta orquesta, son concertmaster de la orquesta de Estonia, por ejemplo, o chelo principal de la orquesta de la Ópera de Estonia... Así que ahora son destacadas figuras de la música de Estonia...


Además de músicos estonios, la Estonian Festival Orchestra también cuenta con destacados músicos en sus atriles, que proceden de otras grandes orquestas...


Sí, sí. Hay músicos de la Tonhalle-Orchester Zürich, la Philharmonia de Londres, la Filarmónica de Berlín, la Russian National Orchestra, la Frankfurt Radio Symphony Orchestra, la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, la Münchner Philharmoniker... Siempre elegí a la gente no solo por cómo toca, porque son todos grandes intérpretes, sino también por su personalidad... Aquí todos son amigos y se ve que realmente disfrutan tocando juntos... Es un grupo de entusiastas. Cada año hayalgunos cambios, porque alguien no puede venir y, entonces, viene otra persona... Solíamos tener también gente de la Orquesta de París y también de otras orquestas alemanas; tuvimos, incluso, músicos españoles de viento madera en algún momento...


A propósito de los músicos, ¿tuvo en mente la idea de la Orquesta del Festival de Lucerna de Claudio Abbado a la hora de crear esta nueva orquesta?


No... Soy un gran fan de la Lucerne Festival Orchestra y creo que es una gran idea, pero mi referente para esta orquesta fue la Budapest Festival Orchestra de Ivan Fischer, que realmente quiso crear una orquesta extraordinaria con valores diferentes a los de una orquesta normal y, además, hace cosas muy interesantes y poco habituales, aunque también toque Brahms, Mahler...


Hablemos de Tchaikovsky; acaba de hacer la Quinta Sinfonía con la EFO en Pärnu y recientemente ha grabado la integral de sus Sinfonías con la Tonhalle-Orchester Zürich. ¿Cuándo se inició su interés por el compositor ruso? ¿Ha cambiado la forma de entender sus Sinfonías, después de tantos años dirigiéndolas?


Creo que sí ha habido una evolución después de estar dirigiendo sus Sinfonías desde hace veinticinco años... No puedes creer que haya un único modo correcto de dirigirlas, así que poco a poco se convierte en algo menos ligado a la visión de otras personas; vas experimentando y sientes que se puede hacer de otra forma... Es muy difícil aprender una pieza a partir de la partitura y luego hacer la interpretación, y decir: esto es lo que aprendí de la partitura... Digamos que eso es solo el primer paso, pero hay un segundo paso cuando comienzas a trabajarla y ya comienzas a descubrir ese mundo... Y en cierto sentido, así es cómo funciona todo el repertorio. La gente dice “aprendí esta obra muy bien y conozco muy bien la obra”, pero eso nunca es así, quiero decir que por supuesto que tienes que aprender muy bien la obra, pero es luego cuando realmente empiezas el viaje y las cosas cambian todo el tiempo...


¿Y el director tiene que inspirar a sus músicos cuando preparan una obra?


La verdad es que siempre he sido un poco escéptico con respecto a la palabra “inspirar”... Sé que existe y que yo he sido inspirado por otros, pero creo que lo realmente inspirador es el proceso de hacer música... No se trata de que yo sea una persona inspiradora y llego y te inspiro, sino que es la propia música; es el proceso... Y si el proceso es convincente y tiene sentido y la gente participa, eso es “inspirar”... La inspiración viene de la forma en que se hace música, y la manera en que uno se involucra en ella... Así que yo no trato de inspirar a nadie, simplemente trato de hacer música...


Me refería a inspirar en términos exclusivamente musicales, en el sentido de aportar ideas y dar un input a los músicos de la orquesta para, por ejemplo, ir de A a B, frasear, hacer dinámicas...


Sí, sí, totalmente, totalmente... Eso es lo que nosotros hacemos y, como bien dice, hay que ir de Si menor a Si mayor, pero esa journey tiene de todo entre medias... Ese recorrido tiene paradas y todo lo imaginable, pero tiene que ser un recorrido real, no ejercicios académicos en plan ahora toca el desarrollo, ahora la recapitulación... Me refiero a que tiene que ser todo orgánico de forma que tenga sentido, porque si no, es solo académico...


Es habitual ver a su padre, el director de orquesta Neeme Järvi, sentado en el patio de butacas del Pärnu Concert Hall cuando usted dirige, ¿comparten impresiones una vez finalizado el concierto?

Todo el tiempo... Él conoce muy bien todas estas obras, las ha hecho miles de veces y su mente es tan viva, que se involucra rápidamente... Es maravilloso cuando está en la sala... ¡Dirijo siempre mejor cuando él está en la sala! Yo lo siento así... No sé si dirijo mejor o no, pero yo lo siento así, porque sé que, al menos, hay una persona que realmente sabe...


¿Qué importancia tiene tener un mentor, como usted tiene en su padre?


Es lo más importante... Creo, sinceramente, que lo más importante es tener a alguien que te abra la puerta a la música, es decir, que te introduzca en la música; no me refiero necesariamente a un mentor para la carrera, porque la carrera es un tema distinto, sino a alguien que te introduzca en el mundo de la música y que, de alguna manera, haga que ames la música... Eso es muy importante... Una persona que te coge de la mano y te lleva al concierto, o te dice “escucha esto”, o que toca el piano a cuatro manos contigo... Alguien que tenga esa iniciativa cuando eres un niño; un profesor, por ejemplo, pero lo mejor, por supuesto, es que sea tu progenitor, que lo hace por puro amor, sin ninguna motivación extra...

Al igual que su padre y su tío, Vallo Järvi, usted también fue percusionista antes que director de orquesta, ¿su formación como percusionista le ayudó en su carrera como director a la hora de sentir el pulso rítmico de una obra? 

Creo que es muy útil tener ritmo (risas)... Siento que una de las cosas que más se echa en falta y, hablo desde mi experiencia en diferentes orquestas y con muchos músicos, es siempre el sentido del ritmo, es decir, el inner rhythm... Y cuando alguien lo tiene, es algo que percibes enseguida...

Hábleme de su faceta como profesor, porque también imparte masterclasses de dirección de orquesta en la Järvi Academy, junto a su padre y su hermano, Kristjan Järvi...

Sí, así es, y es una de las mejores cosas de mi vida porque, quizás, ellos puedan aprender mucho de mí pero, en cierta manera, yo aprendo más de ellos... Además, este festival hace especial hincapié en la educación; la educación es la clave, si no cuidamos a los jóvenes, no vamos a tener futuro...


A propósito del futuro... ¿Cómo ve el futuro de la música clásica? ¿Ha cambiado mucho desde la época de su padre a la suya? ¿Se hacen, por ejemplo, menos ensayos?

Creo que la principal diferencia no es tanto la logística de más o menos ensayos. La verdad es que cada año nos vamos alejando más y más del Viejo Mundo, esa es la realidad. Y cuanto más nos alejamos, más difícil resulta conectarnos con la música de ese mundo... La gente busca events, que inmediatamente le resulten atractivos, y una Sinfonía de Bruckner es una journey, una Sinfonía de Tchaikovsky es una journey...No todo tiene que ser inmediatamente placentero, ni tener un éxito inmediato; pero incluso mis hijas que han crecido en una familia musical, me decían que nadie en su escuela escuchaba música clásica... Así que esa es la diferencia; también hay pequeñas cosas logísticas que han cambiado en el negocio de la música, por ejemplo, ahora mismo la gran novedad son los vinilos; la big thing ahora mismo en el rock es el cassette, volver al cassette... En cierto sentido, tocar música clásica, seria, complicada y profunda se está convirtiendo en algo cada vez menos factible porque todo está organizado para que se necesite una box office, un público... Así que mi objetivo aquí en el festival es simplemente decir que tenemos un concierto pero no anunciar ningún solista, ningún programa... Tienen que confiar lo suficiente en nosotros para decir “hay un concierto, vamos a ir”... Y, además, esta es una de las mejores orquestas que he dirigido; son todos fantásticos músicos, y eso es algo muy muy especial...

Y eso lo dice el Music Director de la Tonhalle-Orchester Zürich, una de las mejores orquestas del mundo con un Klang realmente extraordinario...

La Tonhalle es mi otro gran amor... Sí, su sonido es increíble, pero la Tonhalle es una orquesta consolidada y puedes sentir cómo todos han tenido un aprendizaje similar, y el punto de partida es muy alto, por lo que no necesitas hablar de algunas cosas básicas porque ya forman parte de su ADN... ¡La Tonhalle es maravillosa! Es realmente una de las joyas ocultas en Europa...


El pasado mes de septiembre, la Tonhalle-Orchester Zürich regresó a la renovada Grosse Tonhalle, ¿qué papel juega la acústica de su propia casa para una orquesta?


Es una de las cosas más importantes, porque nosotros estamos tocando acoustic music y, por tanto, no tenemos ninguna amplificación, así que la sala es nuestro instrumento... Es como si alguien tiene un buen violín o un violín malo; puedes intentar tocar estupendamente en un violín malo, pero nunca va a ser lo mismo que si tienes un fantástico Stradivarius... Y eso es exactamente lo que es la nueva sala, pero necesitas aprender cómo tocar en esa sala, cuáles son las prioridades, cómo suenan los graves... Y todo eso lleva su tiempo, ya que es cómo acostumbrase a un instrumento... De hecho, a lo largo de lahistoria, tienes todas esas orquestas fantásticas con su propia sala... Ahora, a veces, se ensaya en el estudio y luego se hace el ensayo general en la sala, pero no... Hay que ensayar en la sala y cada día tienes que fijar cosas para saber, por ejemplo, cómo de piano o cómo de forte tocar, los ecos, los colores; son muchas cosas... Y es por eso que en la Musikverein todo suena bien, pero si escuchas a una gran orquesta americana en la Musikverein, todo lo que escuchas es viento metal, porque no se adaptan a la sala y siguen tocando como siempre tocan...


La temporada 2022/2023 será su cuarta temporada como Music Director de la Tonhalle-Orchester Zürich, ¿qué repertorio piensa abordar con la prestigiosa orquesta suiza?


El próximo año haremos Fidelio, Lobgesang, con la que acabaremos el ciclo dedicado a Mendelssohn (hemos grabado todas las Sinfonías)... Y también continuaremos con Bruckner; creo que esta orquesta es simplemente perfecta para Bruckner, la sala, todo... Pero voy a mantenerme alejado de grandes ciclos durante un tiempo... Hice ya muchos ciclos (risas)... Hice Beethoven, Brahms, Bruckner, Schumann, Nielsen, Sibelius, Schmidt, Mendelssohn, Tchaikovsky... 


También está haciendo un ciclo dedicado a Haydn con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, otra de sus orquestas, que saldrá próximamente en disco... Y creo que, además, es uno de sus compositores favoritos...

Sí, totalmente, son las London Symphonies... Es uno de mis proyectos favoritos, porque Haydn es el mejor... Me gustan muchos compositores pero Haydn es la esencia de la perfección clásica, en particular las últimas sinfonías, es decir, las 12 London Symphonies y las 6 Paris Symphonies... Por eso, todos, desde Mozart a Beethoven, lo llamaban “Papá Haydn”... Fue el ejemplo de cómo escribir una sinfonía divertida, ingeniosa, fascinante, inesperada... A veces, la gente tiene la impresiónde que Haydn es aburrido pero es algo que no tiene nada que ver con él, sino con la interpretación...


Tiene una extensa y variada discografía que, además, va más allá del repertorio estándar. ¿Qué significan para usted las grabaciones?


Para mí, los discos son pequeñas postales de mi vida musical, pero no tengo ninguna obsesión... Hay ciertas cosas que quiero grabar y otras que no necesito grabar... Y cuando echo la vista atrás, son como la memoria musical de mi época en París, mi época en Frankfurt... Tengo una box entera de mis diez años en Cincinnati, tengo todas las Sinfonías de Lepo Sumera que hice en Malmö, hay algunos souvenirs de la Stockholm Philharmonic, algunas grabaciones de Birmingham... Y cuando grabo música nueva, lo concibo como una misión que tengo que desempeñar, como, por ejemplo, el último disco “Estonian Premieres”, que acaba de salir al mercado, y que tiene una razón completamente pragmática, para que la gente no solo conozca a Arvo Pärt o Erkki-Sven Tüür, que son los famosos, sino que también sea consciente de que si se aproxima a la música de Estonia, también puede encontrar otros compositores...


Ha grabado e interpretado en vivo las Sinfonías de Sibelius y Nielsen. Si bien los Conciertos para violín de estos compositores suelen escucharse con frecuencia, son pocos los directores que abordan sus Sinfonías en una sala de concierto, ¿a qué cree que se debe?

Y es una música maravillosa... Muchos directores parece que no quieren ver más allá del repertorio estándar... Yo dirijo todo el repertorio estándar, pero también me gusta dirigir cosas que no son estándar y, en especial, si se trata de música fantástica... Creo que también tiene que ver con cómo has crecido musicalmente, y nosotros crecimos con mucha curiosidad... Mi padre nos estaba siempre incentivando... Nos preguntaba ¿quién es este compositor? Hay más música rusa que Tchaikovsky; nadie toca Liadov, Balakirev... ¿Cree que es inteligente por mi parte programar Lutoslawski aquí en el festival? Me encanta esa obra y quiero que la gente la escuche... Mucha gente nunca la había escuchado y la mayoría de los músicos la tocaba por primera vez...


Una última pregunta: Estar al frente de tantas orquestas, supongo que exige mucha energía, ¿practica algún deporte para mantenerse en forma?

No, no... dirigir es un buen ejercicio (risas). 


Gracias por su tiempo, ha sido un placer.


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